La ambiciosa meta de Alaya Capital: un 30% de los inversionistas de su nuevo fondo deben ser mujeres
Lorena Suárez, managing partner de la firma, viajó desde Argentina a reunirse con potenciales interesadas. Buscan sumar diversidad no solo a las empresas en las que invierten, sino también a sus inversionistas.
- T+
- T-
Lorena Suárez es argentina, economista, con más de 10 años de experiencia en la industria de capital de riesgo y es, desde el año pasado, managing partner de Alaya Capital. Estuvo en Chile el jueves para participar en un almuerzo con inversionistas mujeres y potenciales interesadas en participar en el tercer fondo de Alaya, que se cerrará en julio. La meta es sumar diversidad no solo a sus inversiones, sino también a sus inversionistas.
“Las empresas que son sustentables van a ser empresas más valiosas a la hora de ser adquiridas por otros”, explicó a DF. Pero también cree que los equipos diversos van a ser más rentables que los equipos conformados de manera homogénea.
“Las mujeres nos agregan mucho valor a nosotros como gestores. Pero también ellas pueden obtener valor para el desarrollo de su carrera profesional”, dijo Suárez.
“En la era industrial, en la línea de producción se necesitaba que todos hicieran exactamente lo mismo. Entonces, mientras más parecidos, mejor. Pero en la época del conocimiento que estamos viviendo, todo es tan volátil, veloz y complejo; la competencia es global y la tecnología cambia todo el tiempo. En este contexto, hacer negocios demanda una mirada más diversa. Desde ese ángulo estamos trabajando género, porque queremos trabajar diversidad. Buscamos diversidad en los equipos y en los emprendimientos en que invertimos”.
Por el lado de los inversionistas, pone el foco en que al invertir, “además de aportar capital, aportamos conocimiento específico, reputación, redes”.
Para este fondo están trabajando en tres ángulos de diversidad. El primero es la diversidad geográfica, “pasamos de tener dos países representados en el fondo dos, a tener nueve”. El segundo es la experiencia laboral, “hoy tenemos corporaciones, family office, personas físicas y fondos de fondos. También nos enfocamos en tener personas con perfiles profesionales diversos”. El tercero es el género, “porque aporta diversidad cognitiva, porque la experiencia de vida de hombres y de mujeres es distinta”.
La meta del 30%
El objetivo que se autoimpusieron es que al menos un 30% de los inversionistas del fondo sean mujeres. Pero sumarlas no ha sido fácil. Suárez explicó que cuando empezaron a armar el fondo, comenzó a “pitchear” con potenciales inversionistas, pero solo aparecían hombres. Afinó la búsqueda y llegó a la conclusión de que existen tres perfiles de mujeres que pueden estar interesadas en invertir.
El primero son quienes ya han emprendido. “Invierten en fondos para estar cerca de la industria, para ayudar a otros emprendedores. Son pocas y, en general, ya vendieron su compañía”. El segundo perfil son mujeres que manejan family offices. El tercero, y donde existe mayor volumen, son las mujeres empresarias, que tienen un conocimiento profundo de la industria y una carrera corporativa exitosa.
Ellas le agregan valor a los fondos y a los emprendedores, pero también “extraen mucho valor porque prácticamente cualquier empresario entiende que su industria está siendo transformada por la tecnología. ¿Entonces por qué no estar cerca de estos emprendimientos para entender dónde puedo encontrar sinergias de negocio, cómo pueden transformar la organización, la cultura de trabajo?”, planteó.
Para llegar a este segmento y conseguir el objetivo que se impusieron, crearon un programa que busca fomentar el ingreso de mujeres al fondo, y ahora están recorriendo la región comunicándolo y juntándose con potenciales inversionistas.
El programa tiene tres pilares. El primero es la difusión de tendencias y el descubrimiento de la industria de venture capital. En los primeros cinco años harán cuatro charlas al año abordando temas como las tendencias en el mercado del trabajo, las fintech y qué está pasando con el cliente.
El segundo pilar es conectar a las inversionistas con el portafolio y el perfil de perfil de compañías que están monitoreando para invertir. Ahí están haciendo dos cosas: invitar a aquellas que les interese a participar en uno de sus tres precomités de inversión (fintech; B2B, B2C; o impacto), o promoverlas como directoras independientes de las compañías de su portafolio para que aumenten su diversidad y así obtener un beneficio mutuo.
El tercero es formar parte de la comunidad de Alaya, dándoles visibilidad y permitiéndoles participar en los eventos de que organicen, para así formar redes.
“Creemos que las mujeres nos agregan mucho valor a nosotros como gestores. Pero también ellas pueden obtener valor para el desarrollo de su carrera profesional, acercándose de una manera muy eficiente en tiempo a la innovación. Y, al final del día, podemos impactar en la poca velocidad con la que estamos viendo la diversidad en los equipos emprendedores”, concluyó Suárez.
Buena acogida
Paula Figueroa, directora de empresas y con experiencia en innovación, emprendimiento e inversión, participó en el almuerzo y valoró la propuesta de combinar la inversión de impacto con diversidad.
“Uno quisiera tener al género femenino bien representado, tanto en aquellas apuestas que tenemos que dar como aquellas soluciones que tenemos que ser capaces de apoyar. Entonces la diversidad me pareció súper clave, la de género, la más obvia”, aseguró a DF.
“Es un buen programa que nos acerca muchas oportunidades, pero también tenemos que ser capaces de nosotros comprometernos con la parte que nos corresponde, que es tomar la bandera de evangelizar y comprometernos también con member get a member, o sea, de sumar a más”.